DESMEMORIAS DE UN CONVERSO
Continuó el debate con el mezquino
testimonio del ex militante de Montoneros y actual embajador de la gestión
Macri en China, Diego Ramiro Guelar, quien relativizó su militancia en los ’70,
se mostró como un educado analista del pasado reciente y ni siquiera recordó a
todos sus compañeros militantes desaparecidos que son caso en esta causa.
Por HIJOS La Plata
El
intelectual argentino DIEGO RAMIRO GUELAR conoce muy bien
las lizas de la conversión política. Oriundo de Entre Ríos, se
vino a estudiar en Buenos Aires, terminó cursando en la ciudad de
Búfalo (Nueva York) y fue becario de la American Field Service,
agencia especializada en programas de intercambio internacionales. Se
recibió de abogado en la UBA, fue cofundador dela Unión Nacional de
Estudiantes, fue militante de Montoneros y apoderado del Partido
Peronista Auténtico, el espacio político creado por sectores de
izquierda del peronismo en 1975 y conducido por Andrés Framini,
Oscar Bidegain y Dardo Cabo, entre otros, que la organización
intentó poner en pie de cara a las fallidas elecciones de octubre de
1976.
Su familia
fue creadora del Banco del Oeste y Diego, junto a su hermano Guido y
al abogado Fernando De la Rúa, le sacaron el jugo a “la tablita”
financiera de José Alfredo Martínez de Hoz durante la última
dictadura. Guelar fue diputado del PJ en los ’80, en el ’86 fue
embajador ante la Unión Europea, 10 años más tarde ante Brasil y
entre ‘97-‘99 y 2002-2003 fue embajador argentino en EE.UU.
Después se convirtió en secretario de Relaciones Internacionales
del PRO y aquí lo tenemos representando al país ante China.
Citado a
testimoniar por la defensa de uno de los represores imputados
en el juicio, Guelar habló por videoconferencia desde el consulado
argentino en Shangai, China. Comenzó su puesta en escena refiriendo
problemas para escuchar lo que se le preguntaba, pese a que había
respondido las preguntas de rigor hechas por el presidente del
tribunal sin inconvenientes. La insistencia sobre la cuestión
técnica motivó la intervención del juez Pablo Vega, que sorteó
el inconveniente pasándole su micrófono a las partes para poder
preguntar y se sentó a seguir la audiencia en el banquillo de
acusados.
El embajador
macrista dijo que fue militante del PJ y miembro de Montoneros.
Agregó que por diferencias con la línea de la organización
política militar se apartó en el ’76. “No respondía a los
intereses legítimos del pueblo argentino. Yo creía que sí había
que resistir en el concepto tradicional de la Resistencia Peronista,
pero se pergeñó una estrategia de tipo revolucionaria armada que yo
no compartí y por eso me aparté de la organización”, sostuvo
Guelar. Y agregó que “una actitud muy instalada en los que éramos
muy jóvenes en ese momento era el rechazo a los dos imperialismos,
tanto a EE.UU. como a la Unión Soviética”.
El
embajador dijo que pese a dejar de militar no se exilió, aunque tuvo que vivir
escondido por un tiempo. Y allí utilizó la dinámica de seguridad militante de
aquellos años a favor de sus olvidos, al decir: “Les pido benevolencia con mi
memoria, pero en aquel entonces muchos militantes usaban apodos y no los
conocía por sus nombres verdaderos”. Recordó que conoció al militante Jorge
Héctor “Nono” Lizaso,
militante montonero de Munro secuestrado el 26 de abril del ’76 en Capital
Federal, torturado y desaparecido desde la ESMA. Ante una pregunta sobre si
tenía algún cargo específico en Montoneros, Guelar volvió a eludir la
respuesta diciendo que no
escuchaba bien y terminó contestando que era apoderado del PPA en la provincia
de Buenos Aires y que estaban organizando el partido para las elecciones de
octubre del ’76. Poco más fue su aporte en el resto del relato, por su actitud
esquiva y sin esfuerzo para recordar. Pese a este sainete de quien no quiere
revisar el pasado porque no conviene a su carrera diplomática actual, ya ha
quedado narrada la historia de los militantes del PPA en La Matanza en los ’70. En la audiencia 22 de este juicio CRISTINA DEL RÍO, esposa del
militante desaparecido Ricardo “Kalin” Chidichimo y testigo presencial de su
secuestro en noviembre de 1976, relató que en los ’70 su esposo militaba en la
JUP y ella trabajaba en la Municipalidad de La Matanza e integraba la JTP
zonal. La testigo contó un
episodio del año ’75 ocurrido durante una volanteada y pegatina que había
arrancado desde una Unidad Básica de San Justo. Ella había salido con Diego
Guelar y Luis Porcel, realizaron la tarea y cuando regresaban al local vieron
unas personas extrañas apostadas en las esquinas. Entonces decidieron pasar de
largo, avisar a otros compañeros y denunciar el hecho en los medios de
comunicación. En el operativo, que se había hecho a partir de la acción de un infiltrado
en la Unidad Básica, fueron detenidas 6 personas que estuvieron 6 años presas y
luego fueron pasadas al PEN. Del Río recordó a otros compañeros de militancia
de zona oeste que están desaparecidos y pasaron por San Justo como Jorge
Congett, Mario Sidotti, Gustavo Horacio Lafleur, Héctor Galeano y José Rizzo.
Con esos militantes Ricardo estaba armando el Partido Auténtico en la zona.
Fueron secuestrados, pasaron por la Brigada de San Justo y algunos de esos
casos forman parte de la acusación de este debate.
Para un
tipo ocupado de los grandes problemas del comercio argentino con las potencias
mundiales ese episodio no significó nada. Tampoco varios de los nombres de sus
compañeros del Partido Auténtico en los ’70. A preguntas de la fiscalía sobre
Ricardo Chidichimo dijo que fue compañero suyo, vivía en San Justo y está
desaparecido. Sobre su esposa dijo no recordar el nombre y que cree que no era
militante. Recordó que Congett era dirigente gremial de municipales en San
Justo y que cuando recibió una amenaza de muerte de la Triple A fue a verlo y
le dijo que se fuera. Congett le habría respondido: “Ya estuve preso en otros
golpes. Me meterán preso, pero el gremio ayudará a mi familia. No me queda otra
que quedarme en casa”. Congett
fue secuestrado el 20 de noviembre del ’76 de su casa de Villa Luzuriaga. Sus
hijas Patricia y Claudia testimoniaron en la audiencia 11 de este debate. La
familia intuye que estuvo en la Brigada de San Justo, distante a 25 cuadras de
la casa familiar, porque se lo confirmó un agente desea dependencia al que
contactaron, y porque la madrina de Claudia, Estela Gariboto, fue secuestrada
en el año ’75 y liberada en el ‘81 y su automóvil permaneció ese tiempo
secuestrado en la puerta de la dependencia. Por defección de la justicia el caso de Congett no forma parte de este juicio.
Al
preguntarle a Guelar por Gariboto no la recordó. Tampoco a José Rizzo, ni a
Gustavo Horacio Lafleur, pese a que fueron activos organizadores del Partido
Peronista Auténtico en La Matanza.
A una
pregunta concreta por aquel allanamiento en la Unidad Básica de San Justo,
Guelar se sacó el tema de encima y trató de excusarse diciendo que en el ’75
tenía 25 años, que pasó mucho tiempo de aquellos hechos, que se considera “un
superviviente” y “sentí físicamente desde octubre del ’75 la violencia. Fue un
período de mucho dolor e incertidumbre. Muchos hechos los pude ir armando y
entendiendo a través de los años”.
Para
refrescar su participación en el Peronismo Auténtico, Guelar podría revisar
desde China varias de las publicaciones del espacio compiladas en
Allí se
denunciaba la política criminal de la Triple A en el tercer gobierno peronista,
se ponía al descubierto a la derecha sindical y del PJ, y se alertaba sobre los
pesares que traería el golpe de Estado que se veía venir.
Contrasta
con esas páginas la postura oficial de la gestión que Guelar representa en el
exterior, marcada por el negacionismo del genocidio llevado a cabo durante la
última dictadura. Ahora Guelar se muestra del lado de la
derecha neoliberal más rancia, que se sostiene en la apelación a la
“posverdad”, e intenta instalar una
falsa contradicción entre “lo pasado”, como un absoluto de crisis, conflicto y
divisiones, y el “futuro” como un abstracto de unión y prosperidad que ellos
vendrían a representar.
Recordemos que
el embajador ha opinado ampliamente sobre el tema, y en enero de
2010, como secretario de Relaciones Internacionales del PRO, propuso
una consulta popular sobre una "amplia amnistía" para
delitos de lesa humanidad como promesa para un futuro gobierno de
Macri. Por entonces pidió que “la política y la Corte Suprema
acuerden culminar los juicios contra los represores de la última
dictadura militar ‘en dos o tres años’”, ya que “de otra
manera, los procesos continuarán ‘hasta 2023’. Tiene influencia
sobre el presente, porque generan dolor. Por eso tienen que
convertirse en historia". LA nota puede verse en
Además en
un reportaje que dio por aquellos días ante el inefable
periodista castrense Ceferino Reato, titulado “fui
guerrillero, por lo tanto un delincuente”, sostuvo que “Hubiera
correspondido que el Estado eventualmente me detuviera, me juzgara y
por supuesto a mis hijos los dejaran con su familia sin ningún tipo
de represión”. En el colmo de la futurología contra fáctica
agregó en cuanto al proyecto de Montoneros que "hubiera sido
un proyecto de violencia terrible, tan o más violento quizás que
la dictadura". La nota puede verse en
El converso
Guelar se quedó corto, porque el Estado argentino pretende estirar
indefinidamente los procesos contra los genocidas de la última
dictadura y, lejos de culminar en 2023, hace 6 años los
juicios vienen languideciendo por falta de impulso y consolidación,
asediados por distintos ejes de impunidad: el estiramiento indefinido
de los procesos a favor de la impunidad biológica de los genocidas,
las medidas ilegítimas de beneficios extraordinarios a los peores
asesinos de nuestra historia, como ser el 2x1, las domiciliarias, las
excarcelaciones y los ceses de prisión efectiva.
La próxima audiencia será el miércoles 22
de MAYO desde las 11 hs. Para presenciarla sólo se necesita concurrir a los
Tribunales Federales de 8 y 50 con DNI.
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